Max y el Pájaro

Max y el Pájaro

Ed Vere. Max y el Pájaro. Barcelona: Editorial Juventud, 2017, 32 pp.

Alguno quizá ya lo conozca. Y es que no es la primera vez que sale a la calle. Es lo que tienen los gatitos pequeños. Se escapan, juegan y corretean. Son así. Son pequeños.

Es Max, vuelve. Otra vez. Y ya van tres. Regresa con toda la frescura de quien descubre el mundo. De ver las cosas por primera vez. Con ese mirar puro de quien ve algo sin siquiera saber qué es. Acaso como anhelaba  el poeta, ver sin estar enfermo de los ojos, ver sin pensar, tan solo ver.

Vuelve Max y desde su inocencia le pregunta al pájaro, su partenaire en esta aventura, que si quiere ser su amigo. ¡Ah!, y que después se lo va a comer. Y es que Max aun no sabe hacer. Está aprendiendo a ser. Y en esto el pájaro le va a ayudar, pues le va a  explicar que los amigos no se comen, se cuidan nada más.

Ed Vere, con el tipo de ilustración empleado vuelve a acompañar magistralmente el momento madurativo de Max. Parece representar la psicología del gatito, el modo en que vive las situaciones y como todo lo demás desaparece en el momento que algo desea. Así, las páginas mostrarán al sujeto y su objeto de deseo. Nada más. Una ilustración que, además, permite poner el foco en el dilema que plantea la obra; comerse al pájaro o ser su amigo. Instinto frente a amistad. La ley de la naturaleza y el más fuerte, frente a los códigos que debieran regir el vivir en sociedad, el cuidado del débil.

Max vuelve a cautivarnos, y es que Ed Vere lo presenta en obras siempre inteligentes. Además del dilema planteado, instinto frente a amistad, fíjense en esta verdad de Perogrullo: El Pájaro es un pájaro, que a mí me recuerda al gran Parménides y su máxima: lo que es es. Y podrán decir ustedes: ¡Ala!, derrapa el que suscribe, seguro mete la pata. Y puede ser, ¿pero qué le voy a hacer, si en esa frase lo veo a él? Cincelando el suelo hermoso en que occidente y su cultura obtienen su reposo.

Max, el gatito que sorprende y enamora, ha vuelto.