El último verano

El último verano

Kim Jihyun. El último verano. Barcelona: Editorial Juventud, 2021, 56 pp.

 

El verano da comienzo a un nuevo tiempo. Uno novedoso y transformador capaz de tornar espacios cotidianos y habituales en los más bellos, enigmáticos y deslumbrantes parajes. La calidez reviste el escenario mientras la luz desborda el paso del tiempo. Las horas se expanden sobre la luminosidad, se alargan los días y la tierra nos regala sus frutos. La nueva estación despliega un gran abanico de posibilidades para reconectar con la vida: respirar, caminar descalzos por el campo, sentir el frescor de la brisa, zambullirse en aguas cristalinas,… instantes, todos, para disfrutar.

El último verano evoca mágicos momentos estivales. Rememora experiencias inolvidables de un fantástico viaje. Un recorrido que nos traslada desde la asfaltada urbe de la guarda anterior hasta la espesura del bosque contenida en la posterior. Un trayecto que parte de la sociabilidad y el ser relacional para alcanzar la profundidad del alma en nuestro ser más íntimo y animal. Itinerario definido por la espiritualidad de cada hito; la comunión con los elementos; la integración en el entorno; el abandonarse, desde la individualidad, para fundirse con el universo en su inmensidad.

Estamos ante una silenciosa historia que nos absorbe sigilosamente. Cada doble página ofrece una muda y pausada reflexión en la que nuestro ser, totalmente identificado, imbuido por la narración, no deja de volcar palabra y emoción.

Un libro que evoca la vida desde un espíritu próximo al otoño. Así, el sosegado degustar de las escenas nos hace revivir aquellos hechos, acaso insignificantes en su momento, que nos marcaron como personas. Instantes atesorados en nuestro recuerdo. Una trama que invita a indagar nuestras vivencias e identificar esos momentos realmente especiales.

Es éste un álbum exquisito. Una narrativa visual que conmueve conforme avanza en su desarrollo. Seduce la deliciosa ilustración, nos sumerge en la historia, mientras el tratamiento del color incita la evocación. Los tonos apagados, que transitan entre los grises y marrones, provocan un estado de alma tranquilo y sosegado. Unos tonos y recuerdos que encuentran su clímax en los cálidos azules de cielo y rio y, sobre todo, en los luminosos reflejos del sol en el agua. Destaca la fuerza que desprenden los escenarios naturales, espacios que adquieren un papel principal en la narración. Asombrosos lugares que nuestro pequeño protagonista va descubriendo, admirando y conquistando, al tiempo que construye sus recuerdos y su persona.

En resumen, El último verano conforma una delicada narrativa silenciosa. Láminas que generan un sin fin de placenteras emociones y provocan un fuerte sentimiento de conexión con la naturaleza. Un álbum maravilloso, capaz de revelar nuevos detalles en cada relectura, que hará las delicias del lector. Una obra que nos hace intuir cómo vivir la vida disfrutando de cada pequeño acontecimiento.